
El ser madre es una bendición que Dios nos da. Tener un hijo dentro del vientre por nueve meses es una experiencia incomparable y que por más que intente explicar, no existen palabras suficientes que me permitan hacerlo.
Dios me dio la dicha de ser madre dos veces. Siempre he dicho que mis hijos son el motor que mueve mis días y son el motivo de mi existencia. Pero mi Dios también me dio la alegría de tener dos madres en lugar de una, mi abuela y mi mamá.
Y con mi mami, Estela, que ha sido un ejemplo de fortaleza, de entrega y de amor. Verdaderamente un ejemplo a seguir y a imitar. Una abuela como pocas, buena madre, buena esposa y que como hija nos dio a todos los que la rodeamos un ejemplo con hechos de que el amor no tiene límites, y que no existe un sacrificio cuando se trata de devolver a los padres el amor recibido por ellos. Esto no fue un ejemplo, fue una lección de vida. Un lección que espero que tanto yo, como mis hermanos podamos algún día devolverle. Mami, un privilegio y un orgullo tenerte como mamá.


Alguien dijo…que toma una seis semanas volver a la normalidad después de dar a luz. Ese alguien, no sabe que después de dar a luz la normalidad no existe.
Alguien dijo…que de “buenos” padres salen hijos “buenos”. Ese alguien, piensa que un hijo viene con instrucciones y con garantía.
Alguien dijo…que no se puede amar al cuarto hijo como al primero. Ese alguien, no tuvo cuatro hijos.
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Las madres tienen fuerzas que asombran a los hombres. Llevan a los hijos, sobrellevan dificultades, llevan pesadas cargas pero se aferran a la felicidad, amor y alegría.
Aquí están algunas de las madres de mi familia..





Felicidades a todas,
Mary
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