
"Nunca tendrás una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión".
Los primeros 4 ó 5 minutos de contacto que tenemos con una persona al momento de conocerla son cruciales. En este poco tiempo nos hacemos un juicio completo de esa persona, y luego este juicio es muy difícil de cambiar o de borrar.
Como dicen “la primera impresión es la que cuenta”. Por este motivo, es importante que nosotros nos preocupemos por causar siempre una buena primera impresión. Para hacerlo lo primero que debemos tener en cuenta es una buena apariencia física. Y cuando hablo de buena apariencia física no solo me refiero a que siempre andemos bañaditos, perfumaditos, y con ropa limpia, sino también vestidos de acuerdo a la ocasión. No vamos a ir a la playa con un vestido largo y zapatos altos, bueno igualmente debemos evitar ir en tenis al Teatro Nacional, o en chancletas a una entrevista de trabajo.
La apariencia juega un papel muy importante, fíjate que cuando asistes a un seminario lo primero en que te fijas es en la apariencia del instructor. Es más, si la apariencia no te causa una buena impresión, inmediatamente cuestionas la calidad del contenido de seminario. Puede ser una eminencia, pero su aspecto le resta credibilidad.
Otro ejemplo, si vas caminando por una calle poco transitada y de pronto, ves a una persona que se dirige hacia ti, con un aspecto sucio, despeinado y mal vestido, automáticamente, intentaras acelerar el paso y cambiar de acera, mientras que si la persona que se te acerca va bien vestida y limpia no te preocuparás; a lo mejor te equivocas, pero nosotros reaccionamos en base al aspecto exterior de estas personas. Todo esto ocurre porque asociamos la imagen de cada persona con ciertos juicios y valores predefinidos.
Ahora piensa por un momento, que así mismo como escaneamos mentalmente a los demás de pies a cabeza, con nosotros ocurre lo mismo. Nosotros también estamos siendo constantemente escaneados. Y no sólo se nos escanea la ropa que llevamos puesta, sino también nuestras posturas, nuestros movimientos, la forma en que nos sentamos, como caminamos, como saludamos, el tono de voz, la mirada, la sonrisa, la educación, etc. Y es que nuestra imagen es nuestra representación visual, es como una foto, y a través de ella dejamos fluir sin querer muchos de los rasgos de nuestra personalidad.
Cuando logramos proyectar una buena imagen, y sentimos que somos agradables a la vista de los demás, nos sentimos más seguros de nosotros mismos, y esto trae como consecuencia un mejor desarrollo personal y profesional.
Marisol Portillo
Como dicen “la primera impresión es la que cuenta”. Por este motivo, es importante que nosotros nos preocupemos por causar siempre una buena primera impresión. Para hacerlo lo primero que debemos tener en cuenta es una buena apariencia física. Y cuando hablo de buena apariencia física no solo me refiero a que siempre andemos bañaditos, perfumaditos, y con ropa limpia, sino también vestidos de acuerdo a la ocasión. No vamos a ir a la playa con un vestido largo y zapatos altos, bueno igualmente debemos evitar ir en tenis al Teatro Nacional, o en chancletas a una entrevista de trabajo.
La apariencia juega un papel muy importante, fíjate que cuando asistes a un seminario lo primero en que te fijas es en la apariencia del instructor. Es más, si la apariencia no te causa una buena impresión, inmediatamente cuestionas la calidad del contenido de seminario. Puede ser una eminencia, pero su aspecto le resta credibilidad.
Otro ejemplo, si vas caminando por una calle poco transitada y de pronto, ves a una persona que se dirige hacia ti, con un aspecto sucio, despeinado y mal vestido, automáticamente, intentaras acelerar el paso y cambiar de acera, mientras que si la persona que se te acerca va bien vestida y limpia no te preocuparás; a lo mejor te equivocas, pero nosotros reaccionamos en base al aspecto exterior de estas personas. Todo esto ocurre porque asociamos la imagen de cada persona con ciertos juicios y valores predefinidos.
Ahora piensa por un momento, que así mismo como escaneamos mentalmente a los demás de pies a cabeza, con nosotros ocurre lo mismo. Nosotros también estamos siendo constantemente escaneados. Y no sólo se nos escanea la ropa que llevamos puesta, sino también nuestras posturas, nuestros movimientos, la forma en que nos sentamos, como caminamos, como saludamos, el tono de voz, la mirada, la sonrisa, la educación, etc. Y es que nuestra imagen es nuestra representación visual, es como una foto, y a través de ella dejamos fluir sin querer muchos de los rasgos de nuestra personalidad.
Cuando logramos proyectar una buena imagen, y sentimos que somos agradables a la vista de los demás, nos sentimos más seguros de nosotros mismos, y esto trae como consecuencia un mejor desarrollo personal y profesional.
Marisol Portillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario